En el paraje montañoso de Tornavacas, Jesús, Nieves y sus niños, junto con el padre de Jesús -que aporta su visión y experiencia-, dan vida a la explotación familiar de TornaSanas. Ésta cuenta con una hectárea repartida en los pequeños terrenos característicos del renombrado Valle del Jerte, donde nunca llegó a llevarse a cabo la concentración parcelaria. Los cerezos son mimados con técnicas de poda respetuosas, polinización con apoyo apícola y tratamientos fitosanitarios que no son agresivos ni para el medio ambiente ni para la salud. El suelo es cuidado a través de la biofertilización, y la recolección y selección de las cerezas se realiza artesanalmente. En suma, un proceso totalmente ecológico. Jesús es, en sus propias palabras, «un retornado», aunque cuando decidió reincorporarse al medio rural ya contaba con una cierta experiencia, relacionada con el proceso de recolección de las cerezas. Hace dos años aproximadamente se lanzó a la «aventura» que ha supuesto reconvertir a ecológico los cerezales que solía llevar su padre. Nieves y él se habían quedado en paro y decidieron «pagar una deuda consigo mismos», ya que ya eran consumidores de frutas y verduras ecológicas y se les presentó la oportunidad de producirlos por sí mismos. TornaSanas decidió formar parte de BBBFarming para compartir su aventura con todos y con todas, y a la vez buscar una alternativa al mercado convencional. Es decir, comercializar los productos a través de canales cortos y buscando un trato directo con los consumidores de la fruta. Esto permite, según Jesús, «evitar los sistemas masivos de producción y distribución y garantizar una información sobre el producto que sea rápida a la vez que veraz.» De esta manera, a través del uso de la red se vuelve posible «aportar conocimientos y confianza y facilitar el acercamiento al campo de personas interesadas en proyectos rurales o ecológicos». Algunas variedades de las cerezas que cultivan -Burlat, Early Lory, California, Lapins, Ambrunés- son tradicionales, mientras que otras son de implantación más reciente. Gracias a la variedad, TornaSanas puede ofrecer cereza de temporada en diferentes momentos, aunque en general el periodo de cosecha se expande desde finales de mayo a mediados de julio. Para TornaSanas, agricultura ecológica significa «un cambio de visión total», encaminado a «entender la salud de la finca como un sistema y no como un conjunto de elementos productivos ,tratados en muchos casos como enfermos.» Por eso producen sus propios biofertilizantes y observan cómo responden a ellos el suelo y los propios cerezos, cuyo ritmo evolutivo se busca respetar en cada momento. Estos tratamientos van destinados o bien a enriquecer la vida del suelo, cuidado con mimo, o a ser utilizados como abono foliar, en todo momento poniendo atención a no intoxicar al medio y a conseguir la mayor diversidad vegetal posible. En cuanto al control de plagas y enfermedades, la idea es utilizar el menor número de aplicaciones, y que éstas sean lo más naturales posible. Entre las sustancias empleadas se cuentan extractos vegetales -de hortiga, cola de caballo...-, y el polisulfuro de calcio, recurriendo también a trampas para las moscas, contra las que este año pobarán también el resultado de cubrir con malla los manzanos. Y es que el vergel de TornaSanas es bien diverso. Aunque de momento sólo están comercializando las cerezas, cuentan con perales, melocotoneros, albaricoqueros, granados, higueras, almendros, kiwis, castaños, groselleras, frambruesos, naranjos... Todo ello en un marco imcomparable: el Valle del Jerte, cuyo millón y medio de cerezos, al comenzar a florecer por estas fechas, forman un manto blanco que cubre las laderas de los valles. Sin duda la floración, que atrae cada año a más visitantes, constituye uno esos espectáculos únicos que se recomienda ver antes de morir.